domingo, 11 de noviembre de 2012

Sanse


Te mueves, te formas, cambias, progresas, fallas, creces, confías....

Aunque nunca olvidarás el olor de la ropa recién lavada de tu casa, ni la colonia de tu madre, ni el picor de la barbita de tu padre cuando venía al final del día a darte el beso de buenas noches, ni el sabor de tu postre favorito cuando te lo ponían por ganar un partido, ni la desafinada voz de esa amiga a la que nunca se le dio bien cantar, ni la risa contagiosa de aquella por la que terminábamos todas desternillándonos, ni el olor a mar, ni la brisa fresca en la cara, ni las puestas de sol en las que desafiabas con la mirada al lorenzo que huía entre las olas del mar, ni los pasos decididos al quebrantar la ley por entrar en una discoteca cuando aún no habías cumplido los 18, ni el dolor de tripa cuando mentías a tus padres, ni el sudor de las manos cuando el profesor te preguntaba algo que no sabías, ni las descargas de adrenalina cuando el marcador de velocidad de la moto dejaba atrás los 80 km/h ni el calor de la compañía de tus amigas cuando juntas salíais del colegio, ni la alegría de una felicitación de la afición por hacer un buen partido, ni el temblor de muñecas cuando ibas a tocar una obra en público, ni.., ni....

Por más que avances, por más que corras, por más que esquives... hay cosas que no se olvidan.