domingo, 4 de marzo de 2012

Me halaga


Que vuelvan a entrar los primeros rayos de sol por la ventana y los paseantes más madrugadores sean lo primero que oiga al despertar. Que el calor del verano se cuele en el cuarto y me ahogue en sonrisas de placer.

Unas rosquillas untadas en café y que se me escapen gotas de esa bebida mañanera por las comisuras de la boca.

Encender de mientras un par de velas y poner a cantar a un grupo cubano mientras poco a poco me voy despertando.

Apoyar el café en la mesa y cigarrito en los labios, enseñar al barrio mi pijama desde el balcón no sin ser consciente de que nadie levantará la vista a este segundo piso.

Y entonces, esas ganas locas de girar sobre mí misma y bailar dando palmas hasta estar lista para salir a pasear por la ardiente ciudad.


Cuántas ganas! Y al mismo tiempo que no vuelva nada de eso...

Sino que comience la próxima aventura.


Por algo me dijeron inquieta, por algo me llamaron alegría. Si lo hicieron, fue por eso, por quién soy.

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