Si te guardo en mis recuerdos quizás tu mentón tenga cuatro pelos más y tu melena deje de ser tan larga como el día en que te conocí. Entonces tus carcajadas serán más sonoras aún y seguiré disfrutando viéndote echar hacia atrás la cabeza, con los ojos cerrados, disfrutando de la vida mientras ríes.
Es probable que sólo guardándote en mis recuerdos, tu olor deje de hacerme balbucear cada vez que nos crucemos y podré contestar algo coherente a la par que interesante. Si sólo te dejo vivir en mis recuerdos no seré tan ridícula ni me temblarán las rodillas cuando me des un beso.
Estoy convencida de que si no te dejo huir de mis recuerdos, tu voz seguirá siendo grave y pausada durante años. Así podré dormir tranquila sabiendo que reposarás tu mano en mi ombligo al acostarte a mi lado. Seguramente, si te guardo en mi mente, no habrá noche sin guerra, ni despertar sin caricias y el tiempo se parará cada vez que acaricies mi mejilla.
Así, si sólo te guardo en mis recuerdos, puede que tus manos sean más hábiles y mis piernas más largas. Y puede que encontremos la paz en un lugar muy lejano a donde nos conocimos.
Quizás así tu mirada siga penetrándome tan fuerte que me haga soltar un gemido sin querer. Creo que sólo así tus ojos seguirán velando por mí cuando guardes silencio y me observes actuar, mientras ves en mí más allá que los demás. No me cabe duda de que entonces dejarán de importar la vida y la muerte, el tiempo y los años. Dejarán de existir fronteras y jerarquías...
Sí, creo que será mejor que te guarde en mis recuerdos. A veces es necesario un lugar de ensueño para escapar de la realidad.